lunes, 9 de mayo de 2011

CUANDO LA PRIMAVERA BAJA A MI PATIO.




Cuando la Primavera baja a mi patio,
un halo de luz arrasa mi alma
y mi mente queda extasiada
por ese celestial aroma
que las flores regalan al viento,
como si con él quisieran
perfumar la puesta del sol
en agradecimiento
a los rayos que las hicieran nacer.

En el centro,
cuatro chorros de plata
tintinean con el crecer de la flores,
y, mientras ellas desarrugan sus pétalos
con el almidón de la aurora,
aquellos refrescan sus plantas
para que puedan caminar otro día.

Es,
como si una fuente de vida
estallara en un manantial de ilusión,
Y el corazón,
hipnotizado por el color de las flores,
quisiera salirse del pecho
para ir a fundirse con ellas.

Entonces,
mi espíritu quisiera ser niño
para teñir con su color mi inocencia
y, embelesado, se pasa las horas
disfrutando de tan sin par maravilla.

La mariposa,
la lagartija y la hormiga,
completan la policromía de mi patio,
y cuando asoman las claras del alba,
un repiqueteo de jilgueros y pajarillos
toca diana floral
para que la vida se despierte temprano
y disfrute del día que comienza,
entre animalillos, cantares y flores.

Es la vida;
la vida que estalla en la primavera
como una bengala de amor
que subiera a estrellarse en el cielo

para llevar hasta allí
la alegría de mi patio
hecha manantial de colores,
mientras que, desde el suelo,
nosotros la miramos con la boca abierta.

o O o

Del libro POESÍAS DE UN SOLDADO, de Juan Lorca
ISBN: 398-3638-4 Depósito Legal GR.249-1985 (Agotado)

FOTO.B. Olivares, Patio Casa de las Campanas

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